Pero cuando están escribiendo, sumando o coloreando no solemos hacerlo nosotros para acabar antes... sin embargo sí les hacemos la mochila, les colocamos el estuche y les vestimos porque ellos "aún no saben".
Esta reflexión viene a cuento de mi condición de madre y de maestra. Tenemos que trabajar juntos en la misma dirección.
Hay que potenciar que nuestros hijos sean autónomos para ir al lavabo, para abrocharse las cremalleras o los cordones de las deportivas, responsables de lo que llevan en la mochila (pañuelos, estuche, los libros y los cuadernos de lo que les toca cada día...)
No les hacemos ningún favor no enseñándoles a hacer esas pequeñas cosas.
Fundamento: subir la cremallera o hacer el lazo de las zapatillas estimula más la coordinación viso-manual que cualquier ficha de colorear. Repasar por la noche qué libros necesita para el día siguiente le hace un resumen de los deberes (si los tenía) y un anticipo de lo que tendrá mañana; trabajo de la memoria que es impresincible para un buen aprendizaje.
Dejo para el final un apunte sobre las sumas y restas "tan sencillas". Seamos conscientes de que si les hacemos la tarea (y digo hacemos porque alguno o alguna le hemos rellenado los números en esa ficha de operaciones o le hemos dicho qué palabra tiene que poner para terminar antes) para que la ficha este perfecta nos estamos engañando todos. El hijo que ve cómo ante la primera dificultad sus padres se la resuelven, nosotros porque creemos que así ya está hecho pero no aprendido y los maestros que, aunque normalmente "se nota", pueden dar por sabido algo que, de no ser así se repetirá las veces que haga falta.
En fín, una pequeña reflexión para todos. Buena semana.
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